El intermediario de seguros, responde a la primera línea de acción entre la aseguradora y el cliente, por consiguiente es la figura fundamental en la cual se debe cimentar una verdadera administración de riesgos, actualmente las compañías de seguros en Colombia aplican el proceso de administración de riesgos dentro de sus políticas internas, es decir, riesgos de suscripción, riesgos financieros y riesgos operacionales, lo cual aunque es una herramienta eficaz a la hora de determinar la adecuada cobertura o la negación de la misma, en muchos casos no representa la verdadera situación del posible cliente.
En nuestro país el sector asegurador representa una pequeña parte de PIB, en términos generales, para una Nación con casi cincuenta millones de habitantes solamente se cuenta con 43 compañías de seguros cooperativas, de vida y generales, las cuales son representadas por una fuerza de ventas distribuida entre 45 corredores de seguros, 10.407 agencias de seguros y 12.216 personas naturales aproximadamente, para un total de 22.624 intermediarios de seguros según datos de Fasecolda, por ende, la noción de aseguramiento dentro de la comunidad colombiana no hace parte de las necesidades básicas en su imaginario, y ante esto, hablar de una adecuada administración de riesgos de cara a la necesidad del cliente, realmente es una experiencia nueva y atemorizante para los actores que componen el segmento destinado a la protección del cliente.
La profesionalización de la intermediación, a través de las políticas gubernamentales, abrió la puerta para ser más competitivos frente a los grandes actores del país como lo son los corredores de seguros, quienes ostentaban el conocimiento absoluto de la naciente noción de administración de riesgos y por lo cual acaparaban el mercado de las grandes industrias y entidades estatales de orden nacional.
Ante la situación actual, enmarcado en un mercado dinámico y competitivo con un amplio espectro de oportunidades, la administración de riesgos, es una herramienta poderosa que debe ser aprovechada por las aseguradoras a través de sus intermediarios de seguros para lograr aumentar el segmento de potenciales clientes en ramos técnicos, puesto que al realizar un adecuado análisis del riesgo desde la óptica tripartita del cliente, intermediario y compañía de seguros, los beneficios se verán reflejados en la disminución de primas, para el cliente, disminución del riesgo para el cliente y la aseguradora, y una asesoría verdaderamente profesional por parte del intermediario, lo que aumenta la confianza y el buen nombre del mismo en el sector.
El cliente y posible asegurado, es la razón de ser de nuestro trabajo, por consiguiente, es deber de las partes interesadas (intermediario y compañía de seguros) brindarle una asesoría que va más allá de la venta de una póliza, se presentarle un estudio serio y fundamentado en la administración de riesgos para la adecuada protección de sus bienes e intereses patrimoniales, y así tenerlo dentro de nuestro portafolio.
Jose Fernando Molina Verjan
Especialista en riesgos y seguros
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